martes, 31 de diciembre de 2013

Thunder 117-86 Rockets

Los Thunder comenzaban el partido con una mala noticia: Russell Westbrook no volverá hasta después del parón del All Star tras someterse a una nueva artroscopia en su rodilla derecha, la tercera en este 2013. Una lesión que no aventuraba nada positivo para el equipo de Oklahoma. Sin embargo, Durant no ha tardado en dar un golpe encima de la mesa para demostrar que mientras él esté al frente del equipo no hay de que preocuparse.
Y no pudo elegir mejor víctima para su demostración de poder. Enfrente los Houston Rockets de su ex compañero James Harden. Un equipo que a principios de temporada estaba en todas las quinielas para estar junto a los Thunder en lo más alto del Este y al que Durant ha demostrado que aún le queda un poco para estar al nivel de Oklahoma.
El alero se puso el disfraz de superhéroe y él solo se bastó para tumbar de un plumazo a los tejanos, que fueron un juguete en sus manos y que claudicaron sin oponer mucha resistencia (117-86). Los Rockets sólo pudieron aplaudir la exhibición de Durant, como el resto de espectadores del Chesapeake Arena.
El jugador de los Thunder terminó el choque con 33 puntos con 11 de 17 en tiros de campo, incluidos 3 de 5 desde más allá del arco. Pero Durant no sólo estuvo acertado de cara al aro rival. A sus guarismos anotadores añadió 13 rebotes, cinco asistencias, un tapón y un robo de balón, completando una actuación magistral.
El alero no estuvo solo en su misión y contó con la inestimable colaboración de Jeremy Lamb, que terminó con 22 puntos, y Reggie Jackson, que hizo lo propio con 16. Entre ambos paliaron la escasa presencia de un Serge Ibaka que terminó el choque con ocho puntos, cinco rebotes, dos asistencias y dos tapones. Sin embargo, el ÑBA, junto con Kendrick Perkins, tuvo un papel fundamental a la hora de frenar a Dwight Howard.
Superman se topó con un muro de kryptonita y apenas pudo hacer nada por resquebrajarlo. El pívot terminó el choque con nueve puntos y nueve rebotes y no fue el líder que necesitaban los Rockets para noquear a los Thunder. Tampoco lo fue el ex de Oklahoma, James Harden, que apenas aportó ocho puntos.
Quien sí dio un paso al frente para intentar frenar la sangría que estaba produciendo Durant fue Aaron Brooks, quien con 17 puntos, lideró a unos Rockets de los que se esperaba que al menos presentaran más batalla.

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