Los Miami Heat han aprendido a manejarse en el fino alambre que separa la victoria de la derrota y es en ese territorio donde se sienten cómodos. Los de Florida perdían de siete a falta de minuto y medio y terminaron empatando el choque. Iban tres abajo en los últimos instantes de la prórroga y acabaron ganando a los Hawks por 121-119.
Un triunfo que se fraguó en las manos de un LeBron James que sacó a pasear su lado más 'jordanesco' para dominar con puño de hierro un partido que se le iba de las manos. El alero terminó el choque con 38 puntos tras anotar 16 de 28 en tiros de campo. Una anotación a la que añadió ocho rebotes, seis asistencias y dos robos de balón.
LeBron contó con la ayuda de un Michael Beasley que parece haber resucitado en Miami. El escolta mantuvo la sangre fría y a los ocho puntos que había anotado con anterioridad añadió los dos tiros libres con los que los Heat certificaban su victoria. Los Hawks tuvieron la oportunidad de empatar de nuevo, pero Korver no acertó con el lanzamiento en una acción en la que los de Georgia reclamaron falta.
Paul Millsap y Jeff Teague fueron los mejores de los de Atlanta con 25 y 26 puntos respectivamente. Mientras, Al Horford sumó un nuevo doble-doble con 21 tantos y 11 rebotes que finalmente no sirvieron para dar el triunfo a los suyos.
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