martes, 14 de enero de 2014

Maverick 107-88 Magic

En el cartón-mete-ruido que puebla las gradas del American Airlines Center aparecía la foto de José Manuel Calderón a lo Braveheart, con expresión de rabia y energía.
Ese fue el guión exacto que tuvo el partido que enfrentó en Dallas a los Mavericks y a los Magic. Dirk Nowitzki lo empezó todo con su baloncesto preciso y letal y José Manuel Calderón fue ese español que hace gritar a la grada “Jooosé, Jooosé, Jooosé, Jooosé”, clara imitación del ya universal grito español del “oooé, oooé”, que aterrizó en Estados Unidos gracias a las conexiones en directo de cadenas norteamericanas en la celebración del mundial que ganó la selección española en Sudáfrica.
Nowitzki empezó como había terminado el anterior encuentro contra Nueva Orleans: anotando todo lo que tiró. Hizo lo que le vino en gana, incluyendo varios reversos supersónicos sobre su defensor, un agobiado Harkless que nunca pudo con el alemán. Evidentemente, estos reversos acababan siempre igual: con tiro final infalible. Esa rapidez de giro y ese acierto en cada lanzamiento del teutón, describiendo una parábola diabólica sobre la cabeza del defensor, para clavarse de forma no inmediata en la canasta, no tienen parangón en la NBA.
Pero no sólo en ataque estuvo bien Nowitzki en ataque. El alemán plantó también su bandera en la zona propia colocándole un humillante tapón a un Glen Davis nada sospechoso de ser 'Papá Pitufo': mide 2:06. Aun así, Carlisle, -como es habitual- sentó rápidamente al alemán, consciente de que es su carta de repóquer en caso de crisis, y que, por tanto, debe utilizarlo con sabiduría en otros momentos clave.
Acto seguido, José Manuel Calderón entró en escena. El extremeño dejó su timidez anotadora en el avión que le trajo a Dallas en agosto. Calderón tiene una extraordinaria confianza como tirador. Es más, tal es así el base español está cada vez más esperanzado de poder participar en el concurso de triples del próximo All Star. En estos primeros compases del encuentro, Calderón consiguió una canasta en penetración, imitando a su compañero Ellis –máximo anotador ayer-, y un ya nada emocionante triple. Nada emocionante porque cuando José Manuel tira desde los 7.25 lo más normal es que la pelota le entre limpia.
Los Magic recurrieron al buen hacer de Nelson –excelente penetrando a canasta- y de Hakless para mantenerse no muy lejos en el marcador. Pero un tirón propiciado por unos Monta Ellis y un Carter muy inspirados lograron mantener a los Magic a raya al final del primer cuarto: 28-20 para los locales.
En el segundo cuarto, los Dallas rompieron toda resistencia de los de Florida. Poniendo un rato a Nowitzki para meter miedo, para sacarlo a los 6 minutos y jugando con tres bajos como Ellis, Mekel y Calderón, los Mavericks desquiciaron a los Magic en una especie de tiro al blanco de feria, donde todo lo que se tiraba, entraba. Ellis (21 puntos) se llevó el perrito piloto porque aprovechó otro de sus momentos mágicos en que su anotación se dispara, y un triple de un tirador tan poco fiable como Crowder –que ofreció un juego bastante sólido- permitieron a los Mavericks alcanzar una ventaja de 16 puntos (42-26) a falta de 6 minutos para el descanso. Coronando unos minutos mágicos de los locales, Calderón robó en defensa y entregó una maravillosa asistencia a Crowder, a su izquierda, tras simular el pase con la mirada a Brandan Wright, que le escoltaba por la derecha.
Semejante jugada obligó a Magic a pedir otro tiempo muerto, más que nada para manejar con más calma su propia depresión. De nada sirvió, porque un triple de un buen Carter colocó la máxima ventaja hasta el momento de los tejanos: 18 puntos (47-29). En los Magic sólo Nelson mantuvo un mínimo nivel anotador que en ningún momento consiguió hacer daño a los de blanco.
En los últimos instantes del segundo cuarto, el entrenador de los Magic, Jacque Vaughn, desesperado, colocó a Harris sobre un invencible Nowitzki. Un error. El resultado fue que Harris fue victimizado por el francotirador alemán: le provocó tres faltas seguidas con los consiguientes tiros libres para Dirk, los únicos tiros que a Nowitzki no siempre le entran limpios. Misterios de la vida. Se llegó al descanso con un claro 59-41 a favor de los Mavs.
En el tercer cuarto los Mavericks mostraron síntomas de cansancio físico y psicológico y permitieron que Orlando se colocase a tan sólo 6 puntos (57-56), debido a una tremenda pájara general de los locales. Davis y Harris llevaron la voz cantante en el ataque de los visitantes hasta que el canto del cisne de Magic se esfumó con un triple de Calderón y una reacción general a base de otros tantos triples convertidos por Calderón, Nowtizki y Ellington (notable en el poco tiempo que jugó). Dallas alcanzó el último cuarto con otros 18 puntos de ventaja (84-66).
En el último cuarto, con un ritmo bajo y hasta cierto punto de desidia, Ellington continuó su buena racha anotadora con una nueva canasta de tres. Calderón falló un triple pero a los dos minutos pudo conectar una buena canasta de dos puntos para superar, un día más, su media de temporada, de 11.9 puntos por partido. Con ciertos altibajos, más altos que bajos, los discípulos de Rick Carlisle hicieron fluctuar su ventaja entre los 17 y los 10 puntos. El buen partido ofensivo de Jameer Nelson y Glen Davis no pareció incomodar a unos Dallas instalados en la tranquilidad de contar con unas metralletas en pleno funcionamiento como Nowitzki, Ellis, Carter o Calderón.
La falta de continuidad en el esfuerzo del equipo que vistió de negro provocó que sus rivales tejanos no los acabasen de tomar del todo en serio. Sólo con la dirección inteligente de Calderón y la finura en el tiro de Carter, los Mavs fueron tirando hasta hacer que el cronómetro se consumiese sin piedad para unos Orlando que murieron de inanición por su peor tarjeta de acierto ofensivo.
Un pase de costa a costa de Crowder sobre un ya desatado Carter logró colocar un insalvable 97-82 a falta de 4 minutos para el final. Era la señal esperada por los aficionados más alérgicos al atasco para salir corriendo hacia el parking, al tiempo que los Mavericks lograban una victoria a la que les obligaba su planning de temporada. 23 victorias y 16 derrotas que acercan a los Mavs al dichoso porcentaje 0.60, que en el Oeste puede suponer un activo tan preciado como el evitar al trío de cocos (Oklahoma, Portland y San Antonio) que comandan el avispero de la Conferencia Oeste.
Como dice Calderón, “en un playoff podemos tumbar a cualquiera. Alguno de esos tres equipos que van arriba se nos puede dar bien”. Frase para alegría de Mark Cuban, contrastado inversor en bolsa que desea que las acciones de su equipo suban sin techo.
MAPA DE LOS PORCENTAJES DE TIRO DE CALDERÓN ESTE CURSO
Calderón llama a las puertas del Concurso de Triples de la NBA

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