Lo dijo Jason Kidd en la previa del choque que enfrentaba a sus Brooklyn Nets y a los Atlanta Hawks en Londres. Sus pupilos no se encontraban en la capital inglesa de turismo. Estaban de viaje de negocios y como tiburones cercanos a Wall Street, los 'brokers' de Brooklyn decidieron comprar acciones de victoria y seguir cotizando al alza. Objetivo conseguido tras deshacerse de los de Georgia por un contundente 110-127.
Comparecieron ambos conjuntos sobre las tablas del O2 y pronto se dejaron llevar por el entusiasmo y el frenesí que recorría las gradas. Eso si, en los primeros cuatro minutos, baloncesto poco. Justo hasta que apareció Joe Johnson. El escolta pertenece al club de 'cuando quiero, puedo' y la lástima es que no quiera en más ocasiones, porque baloncesto le sobra.
El caso es que Londrés inspiró a Johnson que no dudó en sacar el fusil ante sus ex compañeros de Atlanta y perfectamente acompañado por Andray Blatche dejó el partido visto para sentencia justo antes de marcharse a los vestuarios. 'JJ', como lució en la noche de los motes, anotó 23 puntos en los dos primeros cuartos y convirtió los siguientes 24 minutos en un trámite (53-65).
Al público del O2 le daba igual que el partido hubiera concluido antes de lo previsto. Ellos querían disfrutar de un espectáculo que la NBA vende como nadie y siguieron caldeando el ambiente durante el 'show' del descanso. Mientras, las 'celebrities' como Robert Pires y señora y las leyendas de la NBA como Dominique Wilkins o Dikembe Mutombo aprovechaban para inmortalizarse junto a los aficionados que hasta ellos se acercaban.
Los aficionados volvieron a sus asientos con el comienzo del tercer cuarto esperando ver algo más de emoción y, sobre todo, aguardando el triple de Korver de cada día. La intriga de la primera ecuación se resolvió en segundos y los Nets aniquilaron cualquier esperanza 'hawk' por la vía rápida. Joe Johnson, que terminó con 29 puntos, decidió tomarse un descanso y le dio el relevo al veterano Paul Pierce y al ex azulgrana, Alan Anderson. Entre ambos jugadores pusieron tierra de por medio y llevaron a los Nets a ponerse 25 puntos arriba, aprovechando para vivir de las rentas los siguientes 18 minutos.
En cuanto a la segunda incógnita, el suspense se mantuvo casi hasta el final. De hecho más de uno en la tribuna de prensa ya había preparado una pequeña pieza sobre la noche en la que Kyle Korver no anotó un triple. Sin embargo, aunque tarde, el alero acudió fiel a su cita y alargó su espectacular racha a 108 partidos anotando al menos un triple. Una salvajada que, al menos en Londres, no tuvo recompensa.
Porque los Hawks también dieron el partido por perdido antes de tiempo y Mike Budenholzer prefirió dar descanso a sus huestes ante el largo viaje que les esperaba y se dedicó a dar minutos a los menos habituales. Así, un satisfecho Jason Kidd ponía en liza a Thysawn Taylor y a Shengeila, mientras que Gustavo Ayón desfilaba con el equipo de Atlanta para intentar maquillar un resultado que pese a todo resultó escandalos. Aunque en noches como ésta, los números son lo de menos. Lo importante es el espectáculo. Y de eso, esta gente de la NBA se las sabe todas.
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